martes, 6 de marzo de 2012

Volver

Había sido una pesadilla el tiempo transcurrido hasta ese
momento en cual te volví a ver. Tenía veinte mil preguntas en mi cabeza. Donde
has estado? Por qué no me has llamado? Llevo sin saber de ti meses, años. Pensé que habías desaparecido sin dejar rastro.
Te había buscado sin resultado alguno. Todos decían que era un largo viaje.
Pero ni un adiós dejaste dicho.
No quiero reproches. Ni voy a buscar explicaciones. Me basta
con tenerte frente a mi. Necesito besarte, amarte, dejar fluir la pasión que
llevo guardando desde tu adiós sin despedida.
No puede ser un sueño, eres real te puedo tocar, sentir tu piel, tu
olor.
Cuantas cosas que decirte! Cuantas cosas que me llevo
callando! Cuanta falta me hiciste! Cuanto te he querido! Has sido cruel dejándome
pensar que me habías abandonado sin más.
Quiero recuperar el tiempo perdido. El no haber disfrutado de
tu compañía. De nuestras grandes charlas. De nuestros planes aparcados e
inacabados. De nuestro futuro juntos.
Me olvido por un momento de todo, de lo que quise decirte y
nunca pude pronunciar. Me pierdo en tu mirada, me sumerjo en ella y disfruto
nuevamente de ti.
No se necesitan palabras, llegan los sentidos y las
sensaciones. Todo fluye entre nosotros. Tus besos saben como antaño. No puedo
esperar, no quiero que te vuelvas a escapar.
Te subo a casa, te desnudo, examino cada rincón de tu
cuerpo. Eres tú. Tu cicatriz, tu lunar, tu marca… todo esta igual. Te deseo,
necesito sentirte, que sientas mi fuerza. En ese momento se detiene el mundo,
un volcán en erupción y dos cuerpos
fundidos en uno solo ser.
Había deseado, anhelado tanto que esto ocurriera. Han sido
muchas emociones. Pensamientos encontrados. Excitación y un poco de decepción.
Una alegría teñida de tristeza. Superado todo por tu presencia. Finalmente me duermo entre tus brazos.
El teléfono esta
sonando, que suene, ya parará. Lo intento coger. Es el despertador. Me
sobresalto. Miro a mi alrededor. Te busco. La decepción se dibuja en mi cara.
Te has ido de nuevo.
La realidad me
golpea. No estás y nunca volverás. Es
imposible que vuelvas desde el más allá. Pero te cuelas en mis sueños siempre
que quieres, manteniendo vivo tu recuerdo.

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