viernes, 23 de marzo de 2012

El tiempo

El tiempo se ha vuelto
un despiadado enemigo,
no me deja quedar atrás.
Sigue un perfecto orden.
Aislando a su batallón
haciéndole sufrir escalofríos
al más despiadado general.
Fascinante consigna
recuerda su abrumante poder.
Nos entorpece en empeño
fatídico de sobrevivir.
Limita nuestra posibilidad.
Lleva al desastre imparable
nuestras ansias de triunfar.
Somos frágiles marionetas
en sus viejas y sabias manos.
Quedamos convencidos de un fin
aun lejano y pero por determinar.

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