miércoles, 20 de marzo de 2013

La gabardina


El año había empezado bien. Mario me sorprendía cada día. Yo lo intentaba pero siempre me superaba. Que malo era conocerse! Sabía mis gustos, mis debilidades, era un libro abierto que a él le encantaba leer.

Llevaba días pensando en la manera de sorprenderle yo, pero nada, no se me ocurría ninguna idea.

Antes de irse a trabajar, se acercó y me dio un beso casto en la frente para no despertarme. Era sábado y no tenía que madrugar. Las sabanas se me pegaban y la remolona me hice. Disfruté de la cama para mi sola.

Me levanté a las mil. Subí a la cocina y puse el café.  El olor embriagaba toda la casa. Me serví una taza y bajé al salón. Encendí la tele y disfruté del café caliente. Mando en mana hice zapping. Aproveché que Mario no estaba, si estuviera ya estaría refunfuñando por no mantener la tele en un canal mucho rato.

Ni me había dado cuenta, encima de la mesa había un paquete. Estaba envuelto en papel de regalo y un sobre encima. Sería otra sorpresa de Mario. Abrí el sobre entre nerviosa y expectante. Nota escueta: “espero que te guste. Le sacarás mucho partido. No lo dudo “

Rompí el papel, sorprendida por la nota, viniendo de Mario podría ser cualquier cosa. ¿Ropa?, parecía una chaqueta. La desdoblé y solté una carcajada.

No me lo podía creer, me seguía riendo. Hacia unos días habíamos visto una escena y peculiar con una gabardina. Que querría decirme? Era simple; usa la imaginación¡¡¡ o sería un regalo sin mas?. No, él no era de los simples, él era él, siempre intentando sorprenderme, intrigarme y redescubrirme.

Sin buscarlo se me estaban ocurriendo varias maneras de aprovechar mi regalo.

Cogí el teléfono y le llamé:

-          Hola Mario

-          Qué tal?

-          Bien. Gracias por el regalo. Lo estrenaré el lunes para ir a trabajar.

-          Ah¡¡ Muy bien- contestó un poco desconcertado por mi respuesta- Sabía que le sacarías partido

-          Has acertado con la talla, color y modelo.

-          Es lo malo o bueno de conocerse.

-          Bueno y qué? Mucho trabajo?

-          Si, saldré a las ocho si quieres vamos a cenar por ahí.

-          Vale, te esperare lista.

-          Ok. Un beso princesa, tengo trabajo.

Colgué el teléfono con la sensación de que mi plan iba por buen camino, lo había desconcertado y al mismo tiempo todo controlado.

Tenía que darme prisa, tenía todo sin organizar y hasta las ocho tampoco faltaba tanto. Una ducha rápida, un vaquero, las botas una camiseta, cazadora y a correr.

Recorrí el centro comercial buscando algo concreto. Nada…. Por fin, allí estaba… negro, perfecto¡¡¡¡. Mientras salía vi unos zapatos. No estaban dentro de los planes pero combinaban perfectamente con la gabardina, sencillos, tacón alto; ideales. Bolsas en mano iba radiante, estaba disfrutando con los preparativos.

No se como pero en tiempo record estaba de vuelta. Asi que me podía permitir un baño relajante. Antes busqué en mi cartera el número de aquel hotel donde había empezado todo tiempo atrás. La misma habitación y cena para dos.

Estaba saliendo todo a pedir de boca. Llené la bañera. Me fui quitando la ropa como si terminara el día y empezara la noche mágica. Poco a poco sumergí el cuerpo en el agua, recosté la cabeza  y disfruté de aquello sin dejar de pensar en Mario y en lo que planeaba. De repente me vino una preocupación.  Y si él había planeado algo?. Mario no era de los que esperaban algo, él , normalmente sorprendía y disfrutaba con las sorpresas, más ideándolas y llevándolas a cabo. Su mayor premio era mi sonrisa y verme disfrutar.

Era lo mismo. Ya estaba. Y esta vez estaba experimentando la sensación de ser yo la que le sorprendería. Me encantaba ese poder que me daba. Me sentía feliz.

Salí de la bañera, me sequé con cuidado, con mimo, me perfumé y bajé a  la habitación. Dispuse encima de la cama lo que me iba a poner. La gabardina negra, que sin querer al mirarla sonreí pícaramente. El liguero, las medias el conjunto de encaje y al pie de la cama los tacones negros.

Tranquilamente empecé a ponerme cada prenda, sintiéndola sobre mi piel. Poco a poco mi atuendo iba tomando forma. Me maquillé, los pendientes y por ultimo la gabardina y al cinturón le di una gran lazada como broche final a tal ceremonia.

Vi que el teléfono parpadeaba. Llamada de Mario.

-          Hola amor, pasa algo?

-          Nada, creo que saldré antes. En quince minutos estaré libre.

-          Ah¡¡ vale¡¡ voy a ponerme a ello, sino siempre te toca esperar.

-          Besos guapa, nos vemos ahora.

Eso me descolocó, tenía que apurar. Cogí el bolso y al coche. En diez minutos estaba en la puerta de su trabajo, esperé impaciente. A los cinco minutos salió él. Me quedé mirándolo y le llamé.

 -hola

- Ya voy, estas lista?- me miró sorprendido.

- si, estoy en el coche, acércate y cierra los ojos.

Intentó mirar y verme dentro del coche.

-cierra los ojos

-vale.

Bajé del coche, el seguía con el móvil en la oreja.  Me acerqué por detrás y el intentó girarse.

-No- alcancé a decirle tajantemente.

-Qué haces aquí?

-Shhhhhsssssssss

Se dio cuenta que había planeado ago. Obedeció. Bajó los brazos y le vendé los ojos.

-Nos va a ver alguien- esbozando una sonrisa.

-Un pasito- abrí la puerta- siéntate.

Como pudo se acomodó en el asiento del copiloto. Mientras subía al coche le vi intentando mover la venda para lograr observarme. No dije nada y arranqué el coche.

Su mano buscó la mia, sin hablar la retiré y él refunfuñó graciosamente. Su mano siguió investigando, deslizándose por mi muslo.

-Quietecito por favor-insistí a sabiendas que ya sabía mi atuendo.

Seguimos hablando, intentaba averiguar a donde le llevaba. Entre juegos respondía. Mi mano buscó la suyo y le sugerí disfrutarlo. Llegamos al destino, apagué el coche y el parecía sorprendido del poco que había durado el viaje.

Le miré.

-Quieres quitarte la venda?

- Eso es cosa tuya.

-Muy bien- Me bajé del coche, abrí la puerta y le coloqué delante de la puerta del hotel.

-Sabes donde estamos?- mientras me coloqué detrás de él y fui desatando la venda.

Abrió los ojos. Sonrió y se tocó la barba. Era la afirmación de que sabía donde y cual era mi sorpresa. Se giró. Me besó y dijo.

-Princesa, esa gabardina te sienta de maravilla.

Sonreí, sonrió y entramos. Lo que pasó allí es otra historia.

2 comentarios:

  1. Me encanta guapa!

    #AiLovYu

    Colmo meta

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  2. Transmite ilusión...prisa..amor..pasión...eresvla leche licorcillo. ..jajajaja. .

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